Como corresponde al nombre de la ruta, lo más interesante del recorrido son los innumerables robles y algunas hayas de edades incalculables y de una impresionante belleza de los que pasamos a ver unos cuantos.
Algunos con agallas bajo sus hojas que no son otra cosa que puestas de huevos de algunos insectos para pasar el invierno.
Una chicharra hembra con su largo oviscapto para enterrar los huevos.
Una pequeña musaraña que debió salir de su madriguera y luego no encontró posibilidad de volverY todavía hemos tenido ocasión de observar algunos hongos, entre los más destacables esta galamperna, Macrolepiota procera.
Y este hongo de tocones más interesante, el Panus conchatus que se parece mucho a las típica setas de tocones que se cultivan los Pleurotus, por fortuna comestible de peor calidad, pero no tóxico.
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