Ya tempranamente despuntan las primeras flores del año, el eléboro fétido, Helleborus foetidus, de repelente olor y con savia anestesiante si se frota uno las manos con ella.
E igualmente los avellanos, Corylus avellana ya han sacado a relucir sus pendientes que anuncian el comienzo de su ciclo de reproducción.
Estos pendientes no son otra cosa que "amentos", es decir, agrupaciones de flores masculinas muy sencillas formadas por una simple escama bajo la que se protegen varios estambres u órganos masculinos. Todavía no despuntan en la misma planta las flores femeninas para evitar una autopolinización.
La ermita de San Urbano en proceso de restauración.
Parte trasera de la ermita de San Urbano.
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