martes, 21 de junio de 2016

Sumbilla - Mendaur

 Subida a la ermita de Mendaur desde la localidad de Sumbilla
 La ermita de Mendaur está enclavada sobre unos llamativos peñados rojizos, típicos de gran parte del noroeste navarro.
 Estas rocas rojizas son conglomerados formados por una gran cantidad de cantos rodados de material ácido, sin carbonatos lo que implica que se rodaron bajo el mar donde los carbonatos se disolvieron y por tanto se supone que en esa época, Era Triásica, esta zona debía estar ocupada por el mar y con profundos cañones submarinos capaces de hacer rodar estos importantes cantos.
 Actualmente los conglomerados han resistido muy bien la erosión y han dado lugar a importante elevaciones como esta del Mendaur, en buena parte desforestadas por antiguos usos ganaderos y forestales y hoy ocupadas en parte por praderas y en los barrancos y laderas bajas hayedos.
 En los hayedos encontramos hermosos ejemplares de hayas.
 Otro grupo desanimado por las lluvias y la nieblas que amenazaban siguió la vía verde, una ruta que en esta ocasión hace gala a su nombre con una exuberancia de flora debida a la gran humedad y a las agradables temperaturas.
 Esta humedad se pone de manifiesto en algunas preciosas cascadas.
 Pero sobre todo en una gran diversidad de flora como la dedalera, Digitalis purpurea
 La gran humedad y la falta de heladas hacen desarrollar una flora casi tropical, con abundancia de grandes helechos, como la lengua de ciervo, Phyllytis scolopendrium.
 En las paredes rezumantes de agua el cabello de Venus, Adianthum capillus-veneris
Y llamó mucha la atención encontrar a mediados de junio, fresas, que lógicamente no era tales sino falsas fresas, Duchesnea indica, una planta exótica muy extendida en esta región.

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