El mayor espectáculo nos lo han dado los magníficos e incontables ejemplares de quejigo, Quercus faginea encontrados en el recorrido, si no milenarios muy centenarios.
Además todavía hemos tenido ocasión de contemplar algunos ejemplares de hongos interesantes, como la barbuda, Coprinus comatus
La corteza azul, Terana caerulea sobre ramas de quejigo.
La oreja de asno, Otidea cochleata, que a pesar de su aspecto es comestible.
Así como el pie azul, Lepista nuda, más conocida y consumida.
Más rara e interesante la Melanoleuca excissa en los prados cercanos a la cumbre.
Sobre algunos troncos muertos la tripa amarilla, Tremella mesenterica.
Un curioso pero lamentable espectáculo el de los pinos totalmente "quemados" por la procesionaria.
Nidos de procesionaria y las hojas totalmente comidas por las orugas.
Orugas recorriendo los troncos después de engordar comiendo las hojas del pino.
Recorrido de las orugas, muchas de ellas muertas por las heladas de la noche y que hay que tener cuidado al caminar porque caen y son muy urticantes.
Los excrementos de las orugas en forma de bolitas que es en lo que convierten las agujas de las pinos.
Junto a ellas vive y defeca un tejón o tajudo que solo no enseña sus letrinas.
Algunas perlas arquitectónicas de las localidades de Eguillor y Saldise.
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